miércoles, 28 de enero de 2009

Mandibulas de Cristal

Glassjaw han vuelto, parecen haber cumplido la promesa de volver al estudio. Anunciaron que tenían terminado disco para 2009 y han grabado el primer tema de estudio en 8 años, que se dice pronto, y lo han colgado en su web, You think you are John fucking Lennon. Una vez escuchado varias veces podemos decir que no han perdido la rabia, emoción y fuerza de esas primeras canciones que pudimos escuchar en Everything you ever wanted to know about silence (2000), un poco más oscuro, pesado y distorsionado que lo último que nos ofrecieron antes de que lo dejaran por un tiempo, pero con las señas de identidad de siempre. A bocajarro y con Daryl Palumbo dejándose las cuerdas vocales, un espacio sonoro donde la belleza y el terror colisionan. Echadle un oído.

lunes, 20 de octubre de 2008

KAPPA

Ryonusuke Akutagawa



Extrañamente, experimentaba simpatía por Gael, presidente de una compañía de vidrio. Gael era uno de los más grandes capitalistas del país. Probablemente, ningún otro kappa tenía un vientre tan enorme como el suyo. ¡Y cuán feliz se le ve cuando está sentado en un sofá y tiene a su lado a su mujer que se asemeja a una litchi y a sus hijos similares a pepinos! A menudo fui a cenar a la casa de Gael acompañando al juez Pep y al médico Chack; además, con su carta de presentación visité fábricas con las cuales él o sus amigos estaban relacionados de una manera u otra. Una de las que más me interesó fue la fábrica de libros. Me acompañó un joven ingeniero que me mostró máquinas gigantescas que se movían accionadas por energía hidroeléctrica; me impresionó profundamente el enorme progreso que habían realizado los kappas en el campo de la industria mecánica.
Según el ingeniero, la producción anual de esa fábrica ascendía a siete millones de ejemplares. Pero lo que me impresionó no fue la cantidad de libros que imprimían, sino la casi absoluta prescindencia de mano de obra. Para imprimir un libro es suficiente poner papel, tinta y unos polvos grises en una abertura en forma de embudo de la máquina. Una vez que esos materiales se han colocado en ella, en menos de cinco minutos empieza a salir una gran cantidad de libros de todos tamaños, cuartos, octavos, etc. Mirando cómo salían los libros en torrente, le pregunté al ingeniero qué era el polvo gris que se empleaba. Éste, de pie y con aire de importancia frente a las máquinas que relucían con negro brillo, contestó indiferentemente:
-¿Este polvo? Es de sesos de asno. Se secan los sesos y se los convierte en polvo. El precio actual es de dos a tres centavos la tonelada.
Por supuesto, la fabricación de libros no era la única rama industrial donde se habían logrado tales milagros. Lo mismo ocurría en las fábricas de pintura y de música. Contaba Gael que en aquel país se inventaban alrededor de setecientas u ochocientas clases de máquinas por mes, y que cualquier artículo se fabricaba en gran escala, disminuyendo considerablemente la mano de obra. En consecuencia, los obreros despedidos no bajaban de cuarenta o cincuenta mil por mes. Pero lo curioso era que, a pesar de todo ese proceso industrial, los diarios matutinos no anunciaban ninguna clase de huelga. Como me había parecido muy extraño este fenómeno, cuando fui a cenar a la casa de Gael en compañía de Pep y Chack, pregunté sobre este particular.
-Porque se los comen a todos.
Gael contestó impasiblemente, con un cigarro en la boca. Pero yo no había entendido qué quería decir con eso de que "se los comen". Advirtiendo mi duda, Chack, el de los anteojos, me explicó lo siguiente, terciando en nuestra conversación.
-Matamos a todos los obreros despedidos y comemos su carne. Mire este diario. Este mes despidieron a 64.769 obreros, de manera que de acuerdo con esa cifra ha bajado el precio de la carne.
-¿Y los obreros se dejan matar sin protestar?
-Nada pueden hacer aunque protesten -dijo Pep, que estaba sentado frente a un durazno salvaje-. Tenemos la "Ley de Matanzas de Obreros".
Por supuesto, me indignó la respuesta. Pero, no sólo Gael, el dueño de casa, sino también Pep y Chack, encaraban el problema como lo más natural del mundo. Efectivamente, Chack sonrió y me habló en forma burlona.
-Después de todo, el Estado le ahorra al obrero la molestia de morir de hambre o de suicidarse. Se les hace oler un poco de gas venenoso, y de esa manera no sufren mucho.
-Pero eso de comerse la carne, francamente...
-No diga tonterías. Si Mag escuchara esto se moriría de risa. Dígame, ¿acaso en su país las mujeres de la clase baja no se convierten en prostitutas? Es puro sentimentalismo eso de indignarse por la costumbre de comer la carne de los obreros.
Gael, que escuchaba la conversación, me ofreció un plato de sándwiches que estaba en una mesa cercana y me dijo tranquilamente:
-¿No se sirve uno? También está hecho de carne de obrero.




miércoles, 15 de octubre de 2008

Filosofía del Club De La Lucha


¿Sabes lo que es una nórdica? Sí, una manta. ¿Porqué dos tipos como nosotros sabemos eso? ¿Acaso resulta esencial para nuestra supervivencia en el sentido primitivo de la palabra? NO, entonces, ¿que somos? Consumidores: Subproductos obsesionados por un estilo de vida. Asesinato, delito, pobreza... son cosas que no me incumben; lo que si me importa son las revistas de famosos, una TV con 500 canales, el nombre de alguien en mi ropa interior, crecepelos, viagra... SUCEDÁNEOS.


Todo eso se está hundiendo, que os follen a ti y a tu sofá diseñado con rayas verdes. En mi opinión nadie debe realizarse. Yo digo: deja de ser perfecto. Yo digo: Evolucionemos, no intentemos cambiar el futuro. Mi postura es esa. Lo cierto es que podría equivocarme y acabar en una grave tragedia.


Rechazo los puntales básicos de la civilización, especialmente las posesiones materiales. Lo que posees acabará poseyéndote. Cuando la exploración del espacio profundo sea algo cotidiano, serán las multinacionales las que lo bauticen todo: La esfera estelar IBM, la galaxia Microsoft, el planeta Starbucks...hay que impedirlo.

No sois vuestro trabajo, no sois vuestra cuenta corriente, no sois el coche que tenéis, no sois el contenido de vuestra cartera, no sois vuestros pantalones. ¡¡¡Sois la mierda cantante y danzante del mundo!!!.

Quiero en el Club de la Lucha a los más fuertes y más listos de la zona. Veo mucho potencial. Pero está desperdiciado. Toda una generación trabajando en gasolineras, sirviendo mesas, o siendo esclavos oficinistas.


La publicidad nos hace desear coches y ropas. Tenemos empleos que odiamos para comprar mierda que no necesitamos. Somos los hijos malditos de la historia, desarraigados y sin objetivos. No hemos sufrido una gran guerra ni una depresión, nuestra guerra es la guerra espiritual, nuestra gran depresión es nuestra vida. Crecimos con la TV que nos hizo creer que algún día seríamos millonarios, dioses del cine o estrellas del rock. Pero no lo seremos. Y poco a poco lo entendemos. Lo que hace que estemos muy cabreados.


Prestad atención muchachos, no sois especiales, no sois un copo de nieve único y hermoso, sois de la misma materia orgánica en descomposición que todo lo demás. Todos formamos parte del mismo montón de estiércol.


En el Club de la Lucha compadecemos a los tipos que se amontonan en el gimnasio intentando tener el aspecto dictado por Calvin Klein o Tomy Hilfiger. La auto perfección es simple masturbación, en cambio, la autodestrucción es la respuesta que necesitamos.




Ahora coge un bote con ácido y échatelo en la mano. Mantén el dolor, no lo apartes de ti. Mírate la mano. El primer jabón se hizo con las cenizas de héroes, como los monos lanzados al espacio. Sin dolor ni sacrificio no tendríamos nada. Este es tu dolor, esta es tu mano quemada. Ésta. No te enfrentes a esto como lo hacen esos zombis de los grupos de autoayuda. Lo que experimentas sólo es algo prematuro. El momento más grande de tu vida amigo... ¿y tú vas a desperdiciarlo?

Tus padres fueron modelos de Dios, y si nos abandonaron... ¿que puedes pensar sobre Dios? Escúchame bien, sobre todo tienes que tener en cuenta el no caerle bien a Dios, el nunca quiso tenerte, con toda probabilidad el te odia, pero no es lo peor que pueda ocurrirte. No le necesitamos, que se jodan la maldición y la redención. Somos hijos no deseados de Dios. ASÍ SEA.

Primero has de saber rendirte. Primero has de aprender a no tener miedo y saber que algún día morirás. Únicamente cuando se pierde todo somos libres para actuar. Enhorabuena, estás a un paso de tocar fondo.


Tu decides tu grado de implicación, olvida lo que sabes, tienes que olvidarlo todo, ese es tu problema. Olvídate de todo lo que crees saber de la vida, de la amistad y especialmente de nosotros. ¡Mírate! Eres patético. El tocar fondo no es un retiro de un fin de semana, no es un maldito seminario. Deja de intentar controlarlo todo y suéltate de una vez. SUÉLTATE.

lunes, 13 de octubre de 2008

“Nacer para contagiar, nacer para matar, ¿alguna vez desearías no haber nacido?”

Vivir al límite puede ser más que una aventura. Vivir para dejar huella, para ser recordado para la posteridad puede ser lo más horrible que te puedas imaginar.

Buster Casey, el verdadero nombre de Rant, fue un asesino. El asesino en serie más temido de nuestra época. Él dejó una huella poderosa, una peste que mató a la mayoría de las personas que se cruzaron en su camino. Algunos lo tildan de diabólico, otros lo califican de un ser único que sólo buscaba vivir algo que fuese verdadero. De una u otra forma, todos tienen algo que decir de Rant; sus amigos , sus enemigos, sus admiradores y sus detractores. Todos tienen una historia que contar y por lo mismo todos quieren hablar.

Esto es RANT, una biografía de ficción acerca de un joven que tras escapar de la casa de sus padres, en la ciudad de Middleton, se convierte en el líder de una banda de gamberros motorizados. Un joven que mató a tanta gente como pudo y que, tras morir de manera espectacular, trascendió a su muerte.
Una novela que sólo Chuck Palahniuk podía contar de manera tan completa que te dejará atónito. Una antología de anécdotas, de actos violentos y de la propagación de la infección urbana más grande de todos los tiempos.

"Para Rant, el dolor era un horizonte. El veneno, el horizonte siguiente. La enfermedad no era nada más que el horizonte que había al final de todo."